El año se va acabando y soy consicente de que este 2019 he tenido el blog bajo mínimos. No obstante aunque hace tiempo que abandoné la cadencia de los posts mensuales o bimestrales sigo enlanzando como entradas las colaboraciones relativas a la divulgación de la Arqueología y la Prehistoria que he realizado con otros medios: me he estrenado en el mundo de los videojuegos gracias a una reseña y una entrevista relacionada con Dawn of Man, un juego que permite al usuario conducir un pequeño grupo de cazadores-recolectores del Paleolítico por todos los periodos de la Prehistoria hasta consolidar todo un poblado fortificado en la Edad del Hierro con gran realismo en muchos de sus aspectos. También he bajado a la arena de la rabiosa actualidad invitado por La Paradoja de Jevons, sección de ciencia crítica del diario El Salto, para abordar el polémico tratamiento que algunos grandes medios de comunicación han dado a las novedades relacionadas con los estudios de ADN antiguo de la Prehistoria Reciente peninsular. Todo esto los seguidores habituales del Blog ya lo conoceréis pero también aprovecho para iros adelantando una novedad, y es que el próximo sábado 8 de febrero de 2020 iré a Madrid invitado por la ARP-Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico (ARP-SAPC) para dar una charla en su formato Escépticos en el Pub, la cual se titulará Pasado, presente y ¿futuro? de la Arqueología Prehistórica, que será de acceso libre, y de la cual además colgarán un video on line.

Tampoco quería que el año acabase sin contaros, aunque sea sucintamente, los proyectos arqueológicos que he dirigido y en los que he colaborado este año: enterramientos tumulares, talleres de manufactura de adornos y paisajes monumentales de alta montaña.

El túmulo de la Edad del Bronce de Arroyo de las Vegas (Sargentes de la Lora, Burgos)

Momento de la excavación de 2019 de el túmulo de Arroyo de las Vegas

En 2017 el equipo que llevamos ya varios años estudiando dólmenes y menhires de las provincias de Burgos y Palencia comenzamos, invitados por el ayuntamiento de Sargentes de la Lora, la excavación de un muy pequeño túmulo localizado junto a dicha localidad, en el norte de la Provincia de Burgos. En este término municipal se conoce el gran dolmen de corredor neolítico de La Cabaña, el cual fue excavado en la década de los 80 del siglo pasado, y otros muchos túmulos de menor entidad. De uno de ellos, Arroyo de las Vegas, sólo sabíamos antes de clavarle la piqueta que era prehistórico sin más precisión por la recuperación en superficie de algunos fragmentos de cerámica a mano. Así, la excavación de una trinchera de 1,5 metros de ancho que tajó el túmulo de norte a sur nos permitió identificar varios restos de huesos humanos y de artefactos como cerámicas con decoración típica de comienzos de la Edad del Bronce en el centro de una estructura edificada con piedras trabadas. De esta forma constatamos la condición de tumba monumental prehistórica del yacimiento y pudimos plantear una campaña arqueológica más ambiciosa para más adelante.

Y eso es lo que hemos ejecutado este verano de 2019, excavando la práctica totalidad de la superficie del túmulo, 32 metros cuadrados. Así hemos podido comprobar que el túmulo fue violado y saqueado en época medieval o moderna pero que en todo caso no fue destruida toda la estructura arquitectónica prehistórica: hemos identificado una curiosa estructura constituída por una pequeña cámara central enlosada, de un par de metros cuadrados, donde habrían estado depositados la media docena de muertos prehistóricos y elementos de ajuar como cerámicas de la Edad del Bronce y adornos como cuentas de mineral oscuro, todo ello rodeado por un túmulo de piedras de una docena de metros de diámetro. Nos fuimos de Sargentes contentos y sin querer dejarles de contar a los vecinos los resultados de nuestra intervención.

Cartel y, al fondo, el túmulo restituido de Arroyo de las Vegas

Ahora, una vez cerrado totalmente el trabajo de campo en este yacimiento, llega el momento del trabajo de gabinete y de la realización de análisis a los materiales recuperados: antropología física, radiocarbono, ADN e isótopos a los huesos, mineralogía y composición a los adornos, pastas a las cerámicas, etc. pero por el momento ya sabemos que hemos ayudado para que Sargentes ponga en valor un nuevo elemento patrimonial que sumar a su nómina de dolmen de La Cabaña, trincheras de la Guerra Civil y campo petrolífero de Ayoluengo.

El taller de manufactura de adornos de variscita de Las Peñas (Quiruelas de Vidriales, Zamora)

Excavación de uno de los sondeos de Las Peñas, en el mes de octubre de 2019

El yacimiento de Las Peñas de Quiruelas de Vidriales se conoce desde la década de los 90 del siglo XX, cuando fueron publicados en una revista local varios materiales recuperados en superficie que sugerían su condición de poblado calcolítico y en el que además había pruebas de la manufactura de adornos de variscita. La variscita es un mineral verdoso raro empleado durante el Neolítico y el Calcolítico peninsulares para la elaboración de adornos personales y que, por la escasez con que esta materia prima se presenta en la naturaleza, se entiende funcionaron como elementos de prestigio. Éste fue el tema de mi tesis doctoral y que en alguna ocasión ya he descrito brevemente en algún post anterior en el que hablé de la minería y la distribución de estos adornos. Pero todavía sabemos poco de cómo se manufacturaron ¿fueron obra de unos artesanos especializados a tiempo completo controlados por la élite social, como sucede en otros casos bien conocidos arqueológica y etnográficamente? El hecho de que sea este yacimiento, alejado medio centenar de kilómetros de las minas del mineral, el único de la zona en el que aparezcan en superficie gran cantidad de fragmentos de mineral en bruto, cuentas en proceso de elaboración y cuentas rotas supone un indicio a favor de ello. Pero son necesarias muchas más pruebas arqueológicas para defender tal interpretación; por ello, hace cinco años comencé a dirigir una serie de intervenciones destinadas a identificar los modos, organización e intensidad con que se produjo la elaboración de estos adornos en Quiruelas.

En 2014 dos pequeños sondeos son sirvieron para conocer la condición de poblado prehistórico del lugar –lo sabemos por el potente estrato compuesto de residuos domésticos como abundantes fragmentos de cerámicas toscas, restos de talla de instrumental lítico y pequeños barros crudos procedentes de manteados de cabañas. La recuperación de materia orgánica susceptible de ofrecer una datación radiocarbónica del lugar nos permitió encuadrarlo a mediados del Calcolítico Inicial en c. 2600 a.C., el momento de máximo apogeo del empleo de adornos de variscita en el centro-occidente Peninsular. En 2018 se realizó una prospección geofísica con la idea de obtener una distribución de posibles estructuras –cabañas, hoyos, fosos– del poblado con visos a organizar la excavación posterior, y finalmente en 2019 volvimos a tirar de pico para excavar una de esas estructuras. No tuvimos suerte y dimos con un sondeo prácticamente estéril pero pudimos concluir la excavación de una pequeña fosa identificada en 2014 y además dar una charla en la que se informó a los vecinos de Quiruelas del proyecto y de la importancia científica del yacimiento, además también de agradecerle al Ayuntamiento su colaboración con el proyecto.

Os incluyo también una entrevista que me realizó la radio local sobre el proyecto:

Los túmulos y menhires del collado de Las Llaves (Peñarrubia, Cantabria)

Catalogación del uno de los menhires del collado de Las Llaves (Peñarrubia, Cantabria)

En 2017 fueron encontrados de forma casual dos puñales de lengüeta típicos del set campaniforme (Calcolítico Final) en el collado de Llaves, un paraje montañoso próximo a los Picos de Europa y situado a 1000 metros de altitud en el que se conocían media docena de túmulos y un menhir. La excavación del lugar de aparición de los artefactos prehistóricos y la prospección de los alrededores, en la que participé como contrado por el Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria, permitió la elaboración de una carta arqueológica no sólo enfocada a los monumentos prehistóricos: en la prospección de estas cotas extremas se catalogaron además de túmulos y menhires muchas otras estructuras modernas de tipo pastoril tradicional –chozos de pastor, cercas y otras estructuras de piedra en seco para el cuidado del ganado durante el uso estival de los pastos de alta montaña– y las enormes huellas que la minería industrial causó a finales del siglo XIX y comienzos del XX en estos parajes: grandes pozos y trincheras además de los cimientos de piedra de los grandes edificios cuadrangulares de las instalaciones que la Real Compañía Asturiana de Minas trajo a este lugar en su afán por la extracción de Zinc.

Paisaje desde el collado de Llaves (Peñarrubia, Cantabria)

Además de por el puro trabajo arqueológico este proyecto nos sirvió para trenzar lazos con la Asociación Cultura y Etnológica Peñarrubia, un grupo de enamorados de su municipio y de su patrimonio los cuales desde entonces nos han conducido a varias localizaciones en las que reposan grandes monolitos pétreos que, a falta de excavación arqueológica, es probable que formasen parte de un conjunto monumental de menhires prehistóricos. Este año 2019 acompañé en una breve incursión de catalogación de varios de estos posibles yacimientos, cerca de media docena, distribuidos a lo largo del collado y en brañas aledañas, en lo que parece un conjunto monumental tan impresionante como los paisajes que se pueden contemplar desde estos lugares.

Como podéis ver con este repaso de 2019 la arqueología no son sólo grandes proyectos de colaboración internacionales –pese a que eso es lo que más tiende a destacarse en muchas noticias sobre estudios y publicaciones– y que sin la ayuda de instituciones modestas como ayuntamientos o asociaciones locales que cedan instalaciones o recursos o que mantengan publicaciones culturales de carácter local que den noticia de estos yacimientos, además de la de particulares especialmente dispuestos a echar una mano, es imposible arrancar y echar a andar la máquina. En Peñarrubia estamos en la primera fase de prospección y catalogación, en Quiruelas ya se ha comenzado a excavar de forma sistemática y en Sargentes ya hemos concluido todos los trabajos de campo y yo no sé si son proyectos que terminarán por generar papers de impacto en revistas internacionales –Las Peñas por el momento ya lo ha hecho– pero sabed que eso es, en todo caso, el final de un proceder científico que ha contado por el camino con la colaboración de mucha gente ajena a ese mundo de IPs, revisores pares y consejos editoriales.

Artículo completo disponible en la web de la revista Munibe Antropologia-Arkeologia

Aprovecho para cerrar este 2019 deseándoos feliz año 2020 con el fenómeno de la entrada de la luz del sol por el corredor del dolmen de La Cabaña, que nos juntó a varios amigos y vecinos el otro día a primera hora en los fríos páramos de Burgos.

Diciembre de 2019